miércoles, 13 de junio de 2012

'Modos de Enfermar y Conceptos de Enfermedad' - Síntesis


“Modo de Enfermar y Conceptos de Enfermedad” - Kottow Miguel
Taidé Inés Uc Uc y Darwin Ulises Tamayo Chuc


El sujeto enfermo.

El sujeto, y el objeto como su contraparte, tienen una cercanía incomoda al problema insoluto mente- cuerpo. No obstante estas disquisiciones, apenas cabe dudar que los seres humanos, porque tienen un cuerpo vivo y son cuerpo vivido, enferman como seres vivos mas también en tanto seres vivenciales, como  organismo y como sujeto.

Enfermedad ontológica.
Concepto de enfermedad

Mientras la terapéutica fue una actividad ritual y metafísica, con escasa capacidad de actuar directamente sobre el cuerpo enfermo para sanarlo, primó un concepto ontológico de enfermedad. El enfermo era poseído por un proceso mórbido, el cual debía ser exorcizado como un invasor indeseable.
El paradigma de la enfermedad ontológica fue la plaga: incomprensible, aniquiladora, impredecible, intratable, apareciendo y desapareciendo sin la menor insinuación de una causalidad determinante y por ende blanco de las más extravagantes elucubraciones.


Con el advenimiento de las ciencias del cuerpo, el organismo humano se entendió como un fino mecanismo funcional cuya misión era mantener su desequilibrio interno u homeostasis. El proceso mórbido desordena los balances funcionales, de modo que la enfermedad se da como una disfunción, un desequilibrio: es el concepto fisiológicos de enfermedad, que prima en la medicina científico-natural de la actualidad y se refleja en las baterías de exámenes y los perfiles bioquímicos que comparan los parámetros del individuo con una norma estadística para detectar salud cuando estos valores coinciden, permitiendo diagnosticar procesos mórbidos, predisposiciones o riesgos cuando escapan al rango aceptado.


Simbología del enfermar

La simbología del enfermar pertenece al ámbito de la antropología médica la cual, junto con estudiarla, propone su incorporación al discurso médico para enriquecer y mejorar la eficacia de los esfuerzos terapéuticos. Todas estas perspectivas fueron enriquecidas desde la cultura por un imaginario metafórico, las pestes eran castigos divinos, la tuberculosis se consideraba una enfermedad de poetas pobres, cáncer por falta de un estilo de vida, y el SIDA está ligado e una intimidad vergonzante.
Aparece en 1962 una antología de connotados teóricos de la medicina quienes, bajo el título ¿Qué es enfermedad? entregan un espectro de definiciones con un común denominador consistente en la elaboración externa, es decir, son miradas médicas, sociales, políticas o filosóficas dirigidas hacia el fenómeno enfermedad como un objeto a ser caracterizado, falto sensibilidad, en ningún momento emergiendo la pregunta ¿ que es enfermedad desde la vivencia del afectado?.

Enfermedad del alma

En respuesta a la transgresión, los dioses sustraen el alma al cuerpo del culpable y la intercesión del chamán intenta la restitución.

Enfermedad como culpa y prueba

La concepción griega enriquece las ideas previas de culpa individual y castigo, que ya en la Biblia muestran las variantes comunitaria de enfermedad y aniquilación colectiva por desviación moral del grupo humano -- Sodoma y Gomorra, las plagas de Egipto. Con el tiempo se va trasladando el gatillo moral de la enfermedad a uno de carácter más corpóreo, la culpa residiendo en una transgresión a normas de higiene, de requerimiento dietéticos, de cuidados del organismo.



El individuo portador de enfermedad

Por la filosofía naturalista de los hipocráticos, confiados en la vis medicatrix naturae -- la fuerza terapéutica de la naturaleza ---, el afectado es visto más como portador de estados mórbidos que como doliente en necesidad de ayuda.
La enfermedad como inrtunio es Katatychen, ante la cual el arte terapéutico es un enfrentamiento con el azar, no con el devenir natural que está clausurado a la influencia humana. El individuo emerge como paciente, un portator de enfermedades, no el individuo enfermo. Más que averiguar que le aqueja, la medicina hipocráticas se propone reconocer la enfermedad que anida en él, para discurrir acaso es tratable y para formular un pronóstico fundado.


El paciente en el centro de su enfermedad.


"Lo que sea enfermedad en general, depende menos del juicio de los médicos que del juicio de los pacientes y de los conceptos imperantes de los respectivos grupos culturales"
La forma cómo el enfermo vive su afección es primordial para todo el complejo salud/enfermedad. Las definiciones en curso ignoran la participación del paciente en la determinación de su enfermedad, en consecuencia derivan los conocimientos de patologías desde experimentos y observaciones biológicas. La enfermedad se reduce a ser disfuncionalidad del cuerpo, tipificable y con una terapéutica sencilla de esquematizar.


Vivencia de enfermedad y muerte


Tenemos todas la certeza que la vida indefectiblemente desemboca en la muerte y que también será el fin de nuestra propia existencia. vivimos hacia la muerte, pero en certeza fáctica y empírica hecha realidad por la muerte de otros. " El final del ser- ahí se da a conocer en forma objetiva".




Elaboró:  Uc Uc Taidé Inés.

Heidegger


… Heidegger distinguió  dos aspectos:

1.-Angustia intrínseca de saberse viviendo hacia la muerte.

2.-Distancia que el individuo pone entre su proyecto existencial y la certeza de su finitud.

El ser humano tiende a dejar una trascendencia o legado para demostrar que no tiene fin (término pero no desaparición), entonces ve a la enfermedad como amenaza existencial.

La medicina ve a la enfermedad como desperfecto del organismo a reparar.

El giro antropológico marca a la enfermedad como una distorsión y eventual claudicación del programa de vida. El giro bioético reconoce el episodio mórbido como posible clausura vital.

La pregunta por el sentido del enfermar

Una terapeuta ayudando a una anciana que sufrió lesiones.

Al intentar darle sentido a la enfermedad, se le da una valoración positiva a dicho proceso impregnado de dolor, sufrimiento, pérdida y deseo por ser liberado de las anteriores. Para el terapeuta, ese sentido se aparta, ya que es una distracción en las tareas de curación y cuidados, debilitan los esfuerzos y terapéuticos y demoran la sanación.

         La antropología médica sería más compasiva si es que rechaza las interpretaciones de sentido y se mantenga fiel a la idea de que la enfermedad es un episodio que aproxima indeseablemente la vivencia del morir. Debido a que la enfermedad evoca casi siempre la muerte, es por ello que la enfermedad es vivida como un disvalor a eliminar lo antes y más radicalmente posible.

         Cuando la medicina no puede explicar la enfermedad ante las emergentes carencias de significado, se le atribuyen implicaciones metafísicas, adscripciones morales, culpa, castigo, crecimiento personal a través del padecimiento.

         Lo antropológico subyace al imbuir de sentido sucesos que no se pueden modificar, por ejemplo la búsqueda de sentido a padecimientos crónicos o discapacidades en lugar de hacer lo mismo con enfermedades agudas y procesos mórbidos removibles. Es esa búsqueda de las significaciones de sus vivencias más trascendentes

Dr. Pedro Laín Entralgo, médico español

         Laín Entralgo, determinó en base a categorías aristotélico-escolásticas que la enfermedad es accidente y  no substancia, pues puede ocurrir o no presentarse jamás en la vida de un individuo. La accidentalidad modal del enfermar posee tres atributos que la alejan de la substancialidad:

1.-Es temporal: Se inserta con su propia temporalidad en la biografía del individuo, inclusive en las enfermedades crónicas y las congénitas.

2.-Es preternatural: Quiebra el orden natural, es una anormalidad que fractura los procesos que ordenadamente mantienen la integridad y adaptabilidad del organismo. Se interrumpe la autopoiesis.

3.-Es lesiva: Agresión al cuerpo, que desmedra algún aspecto del devenir personal.

         Así, la enfermedad adquiere el carácter de intrusión indeseada que ha de ser removida cuanto antes y lo más radicalmente posible. La dimensión antropológica inamovible queda enhebrada como tal desde tres perspectivas:

a) Probable ocurrencia en la vida de cada uno o sus próximos.

b) Insinuación a anuncio de la muerte.

c) Importancia social, cultural y existencial que siempre ha tenido.

El triángulo enfermo-terapeuta-sociedad
Existen significaciones diversas, pero siempre se involucra a la sociedad, al sentirse la sociedad amenazada por la conducta del enfermar o por esfuerzo colectivo de sanación. Lo anterior permite que se vean las cuatro formas de cómo entender la enfermedad: castigo, azar, desafío y prueba, siendo todas adscripciones culturales externas a las vivencias del enfermo, y le son propuestas o aun impuestas.

Etnografía

La etnografía reconoce que el enfermar, es un conjunto de sucesos culturales cargados de significaciones que comprometen la existencia de la vida familiar y social, las relaciones mundanas y trascendentales. Hacemos a un lado a las dicotomías, e involucramos una triada: enfermo-terapeuta-sociedad, ello justifica la existencia de la antropología social.

El individuo se vuelve un enfermo cuando la sociedad lo reconoce como tal y es paciente cuando el terapeuta lo acoge. El médico es un sanador reconocido cuando la sociedad le otorga estatus de profesional, la sociedad interfiere en la medicina en tanto asume y reglamenta la protección y justicia sanitaria frente a sus ciudadanos.

El doliente que ve afectada su calidad de vida en diversas esferas solicita ser acogido como persona y no meramente como organismo descompuesto, la sociedad  se preocupa de la mantención de una fuerza laboral productiva y de la estabilidad social, por ejemplo: encierra enfermos mentales, cercena libertades para evitar contagios, medicaliza, y reglamenta la sexualidad atípica. 

Asimismo, privilegia ciertos conceptos de enfermedad que no incorporan las vivencias de enfermedad del afectado. La medicina, debería ser más humilde como lo afirmaría Foucault en la idea del biopoder, y de la emergente política, por lo cual debería de retomar en relevancia a su cultura imperante, debido a que son modeladores tajantes.

Niveles de calidad de evidencia en la Medicina Basada en Evidencias
La medicina basada en evidencias, vacía al enfermo de su subjetividad y lo convierte en objeto, reificando su cuerpo y la patología adquiere vida propia en el imaginario del discurso médico. La ontología ha notado esa doblegación de la medicina por despersonalizar a la enfermedad.

En el idioma inglés existen tres diferentes conceptos para poder especificar la diversidad de perspectivas:

Disease: Proceso orgánico, aquél que la medicina pesquisa objetivamente.

Illness: Experiencia subjetiva de sentirse enfermo, que aqueja al sujeto que sufre un proceso mórbido.

Sickness: Denotación algo ambigua, es como la presentación social de la enfermedad.

Sick: Se siente el que tiene un malestar de una trasnoche.

Síntomas de la insuficiencia cardiaca
Descripciones de enfermedad
La complejidad de definir enfermedad es iniciada cuando se exterioriza y luego, se recurre en busca de ayuda. El terapeuta debe confirmar o descartar el diagnóstico de la enfermedad, luego normalizarla y finalmente institucionalizarla, con el fin de desencadenar la participación social pertinente: licencia laboral, acceso a hospitales, incorporación a programas de salud pública, certificación de invalidez.

Sea anatomo o fisiológicamente, la visión científico-natural detectada por la semiología que distingue los síntomas (symptoma = lo que cae con), son los acompañantes indicativos de la caída de una persona que abandona los parámetros de la salud y cae a nueva norma, considerada patológica. Por desgracia, crea la barrera entre cuerpo/alma, aunque es todo lo opuesto. Es por ello que la exploración orgánica debe ser sensible a expresiones instintivas.

Laín Entralgo desecadena la existencia del afectado. Vuelve a ser protagónica la corporeidad, cercenando el entorno que le rodea, aunque recordemos que sin cuerpo no hay vida. Se fundamentan 3 ratificaciones:

1) Ratificar la coexistencialidad, la existencia del otro y la necesidad de recurrir a los demás.

2) Desde el movimiento centrípeto del enfermo hacia su corporeidad, viene el clamor de ayuda, la solicitud de cuidados, el requerimiento ineludible del sanador.

3) La enfermedad hace presente el potencial dolor y el padecimiento de la existencia.

4) Apropiación o in-corporación de un desquicio de la existencia y el proyecto de realizarla.

Se valorizara la vida, la enfermedad es un estado negativo de desmedro, una minusvalía que contrasta con la valía de no estar enfermo. Al ser humano, se le hace palpable el hecho de que la vulnerabilidad es que el cuerpo podría claudicar permanentemente en la discapacidad, y definitivamente en la muerte.

La enfermedad se debe matizar desde todas esas ciencias humanas, la antropología a entender la semiología clínica, la literatura al otorgar pericia hermenéutica, la bioética que pondera los elementos valóricos del encuentro clínico, la sociología por proyecciones sociales del enfermar.

Diversos modos de entender enfermedad
La Antropología Médica busca entender a la
enfermedad desde su misma elaboración cultural.
En esta imagen se puede apreciar una
representación budista de la Diálisis.
La antropología busca entender la enfermedad al entender la realidad, o bien la elaboración cultural de ella, aunque no escapa de inestabilidades conceptuales. Hay una gran sistematización nueva y que busca clasificar lo aparentemente inclasificable.

El espíritu médico tiende a pensar en desórdenes y desperfectos, pero casi sin tomar en cuenta que ambos son vividos por una persona.

Todo ser vivo lo es mientras mantenga un equilibrio de ciertas funciones, muy simples y metabólicas en los unicelulares, complejas y sistémicas —con funciones emergentes más allá de la suma de todas las competencias biológicas— en seres más evolucionados. Los equilibrios complejos son más inestables y susceptibles. La enfermedad nace en los límites de ella, aunque no se identifica con ellos salvo por algunos intentos deterministas de explicar lo patológico.

Entonces se puede categorizar la patología en vegetal, animal, pero la humana entra en una propia y singular. La antropología médica ha enriquecido a la semiología y profundiza en la hermenéutica, aunque deberá cuidarse de acumular datos  de la capacidad de conceptualizarlos, como le pasó a la antropología etnográfica.

Los antropólogos perceptivos requieren finura para distinguir entre lo disfuncional y lo fisiológico. También existen los desequilibrios con la sociedad. También prevalece la distinción entre los modos endógenos y exógenos de enfermar, similar a la perspectiva de la salud pública. El concepto de enfermedad y los cultos de sanación han variado con el correr del tiempo.

En el adorcismo, se buscaba obtener un efecto
hasta cierto punto opuesto al exorcismo, se
buscaba la entrada de los espíritus bienhechores
o divinidades para sanar el cuerpo.
El enfermo encuentra sentido e inclusive ventaja en la sanación cuando el terapeuta asume la responsabilidad de acogerlo y curarlo. El adorcismo, es un concepto donde una enfermedad útil para la terapia luce como una observación sincrética –amalgamando conceptos terapéuticos con patológicos–. La terapéutica se basa en esa indeseabilidad de los estados de sufrimiento del ser humano ante la enfermedad.

Si el proceso mórbido es inerradicable, podrán aparecer interpretaciones positivas que buscan sentido, beneficio o adorcismo, productos de ajustes existenciales del paciente, de su búsqueda, una nueva normatividad, sus esfuerzos por forjar una nueva dignidad en su accidente biográfico.

Si el enfermar es algo antropológicamente primario, no será legítimo que sociedad, medicina o cultura impongan supuestos beneficios a los dolores, padecimientos y discapacidades que provienen del enfermar humano.

3 comentarios:

  1. Encontré un blog de 'Antropología Médica' en inglés espero les sirva...

    http://r416-robyn.blogspot.mx/

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  2. Me gusta, buen contenido!! Tome prestada un poco de su informacion jejeje. Melina Torales

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